Eso es lo que todos deseamos o al menos intentamos hacer cada vez que empieza un nuevo año, escribimos en un papel o nos planteamos seriamente una serie de propuestas que servirán para mejorar nuestro físico o mejorar algo nosotros mismos, en definitiva se intenta crear una serie de medidas positivas para intentar borrar todo lo malodel pasado año y así empezar el año con buen pie.
Seguro que más de uno se apuntará al gimnasio para quitarse esos kilitos de más que se han acumulado durante esos gloriosos banquetes navideños, o también para algunos llegará el momento de divorciarse del tabaco que durante parte de su vida ha sido su fiel e inseparable compañero.Otros en cambio, empezarán a ahorrar o gastar menos, después de haber tirado por la borda el presupuesto familiar para las navidades, en regalos, obsequios y en algún que otro capricho navideño.
Pero como es costumbre, esta fiebre de intentar hacer cosas buenas solo durará unos días, tal vez unas semanas y pronto volveremos de nuevo a pegarnos una jamada con la excusa de celebrar un ascenso, cumpleaños o evento similar.No digamos del gimnasio,cuando empiece hacer malo o caigamos en la monotonía del no me apetece y por un día que no vaya no pasará nada, y al final el repetir esa costumbre una y ora vez, a uno le sucederá que acabará dejando el gimnasio de un lado.Y él que se pone a ahorrar pero es incapaz de aguantar con esta tentación de las rebajas de enero y al ver todo tan barato no resiste la tentación de adquirir ese producto, que en las susodichas Rebajas de enero, está tirado de precio.
En definitiva, empezamos el año con buenas propuestas pero al final la mayoría, por no decir todas, acaban en el fondo del desagüe incumplidas y esperando ser rescatadas el próximo año venidero para ver si se cumplen o no.
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