Para mi, la temporada playera comienza a mediados de mayo y se extiende hasta finales de octubre, 5 mesecitos de nada, casi medio añito en él que disfruto de la playa placenteramente por estos lares.
Sí es verdad que los meses de mayo, septiembre u octubre, no tienen nada que ver con los meses junio, julio y agosto del verano astronómico, cuando en éstos últimos es cuando pega bien el sol desde primera hora de la mañana hasta última de la tarde.Aunque es verdad que el otoño astronómico ya está a la vuelta de la esquina, soy de los que hasta que 'El veranillo de San Miguel' no finaliza en su totalidad, no guardo mi ropa de verano en el armario.Y como salga un día precioso, como el de hoy, en el que vea cielo azul y sol a la vista, soy de los que acudo a la playa salvo que otro asunto de mayor índole me lo impida.
Es lo que pasa durante estos 2 meses venideros, que el número de bañistas que acuden a los arenales, decae exponencialmente y es una gozada acudir a las casi solitarias playas que por estas fechas presentan un estado semi-desierto.
No hay problemas para encontrar aparcamiento, ni te topas con los frecuentes atascos en sus accesos y es una gozada el poder poner la toalla donde te dé la gana, extender tranquilamente tu toalla sin tener que invadir el terreno colindante del vecino de al lado, sacudirla sin que la arena de tu toalla caiga directamente en la cara del vecino y que éste te eche una mirada asesina cuando haces esa acción.
Una gozada también el poder tumbarse sobre la toalla, tomar el solete y disfrutando de la compañía de tu música favorita a través de una mini-radio portátil, que puedes escuchar tranquilamente a un volumen moderado sin que esa música moleste a nadie de alrededor.
El poder disfrutar tranquilamente del sonido que producen las olas en el mar, sin que éste sea interrumpido por los bramidos de los individuos que merodean por la costa, mientras uno lee la prensa del día o una novela de actualidad.
Muy poca gente se atreve a bañarse por estas fechas, pero es matemático que en cuanto uno se zambulle en las solitarias aguas del mar, otros bañistas osados se atreven a imitarme y a hacerme compañía, atreviéndose ellos a darse un refrescante chapuzón conmigo.He de reconocer que en esta época de año, cuesta un poquillo adentrarse en las gélidas aguas del mar cantábrico, que por estas fechas presentan una aterradora temperatura de 19-20ºC, una temperatura que es perfecta siempre que acompañe el sol y la temperatura ambiente sea agradable.
Y como ya han empezado los colegios, no tienes que aguantar el correteo de los niños por la arena, es algo que detesto cuando un crío corretea, pasa junto a ti y te pone la toalla llena de arena.Por estas fechas es cuando uno disfruta de ese ausencia de niños y de ese silencio que no es interrumpido por los incesantes gritos y lloreras que emiten esos críos cuando se enfadan, que muchas veces para las pobres madres son una especie tortura playera que producen enfado y que ellas tengan que chillarles más para solventar su pataleta.
Es muy curioso ver a gente solitaria o parejitas, que vienen a pasear a la playa, ya vestidos con su ropa de invierno, que van en camiseta de manga larga, jersey en cintura y pantalón largo, que cuando te observan que estás tirado tan ricamente en la arena con tu cuerpo semi-desnudo, tan sólo cubierto con tu bañador disfrutando del maravilloso día de playa, veo en sus caras con cierta envidia, ya que ellos ya no podrán realizar imitarte hasta el año que viene, porque su ropa de playa ya está guardada en al armario bajo llave hasta el verano que viene.
También es una gozada pasear por la orilla sin tener que esquivar a la gente que también pasea, con los que se ponen a jugar a palas, con los que corretean por el agua salpicándote...Sí es verdad que en estas fechas acude otra clase gente a la playa, ya sea a jugar con las cometas, a correr por la playa o incluso alguna vez he visto caballos galopando sobre la arena ...
Visto el día que hace, me voy a preparar y me voy a la playa ... ¿Alguno se viene?
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